El expresidente de Italia, Silvio Berlusconi, negoció con derechos a los medios televisivos y obtuvo ilegalmente enormes cantidades de activos; Keiko Fujimori es la hija del expresidente Alberto Fujimori, quien aparece también en el listado; Vladímir Putin es el presidente de la Federación de Rusia quien, junto con un grupo de oligarcas, obtiene cantidades inimaginables de dinero provenientes de corrupción; el régimen norcoreano financió su programa nuclear y de misiles que amenazan al mundo libre, gracias a actos de corrupción.
Juan Pablo Carrasco de Groote es el presidente recién re-nombrado para representar a la Cámara de Comercio Norteamericana en Guatemala, aunque también se vio involucrado con Federico Machado y el narcotráfico o la minera ilegal “Minas del Pueblo”, o con el desacato de la empresa extractora de níquel en Guatemala, “Solway“, que contamina el lago de Izabal.
No se ve que tengan algo en común.
Pero es lo que no se veía, y que desde el 3 de abril de 2016 se reveló, lo que tienen en común: corrupción, lavado de dinero, Mossack Fonseca: Panama Papers.
Qué son los Panama Papers
Una persona que no quiso revelar su identidad, logró obtener una enorme cantidad de documentos (2,6 terabytes) de una empresa panameña encargada de establecer compañías bajo el sistema de “paraíso fiscal”. En otras palabras, que particulares o empresas pudieran mantener su información financiera en total secreto.
Varios países pequeños se dedicaron a convertirse en “Paraísos fiscales”, con un sistema tributario débil, pero atrayendo miles de millones de dólares gracias a la estricta conficencialidad en el manejo de cuentas y empresas establecidas en ellos.
Esos miles de documentos fueron entregados al periódico Süddeutsche Zeitung que, viendo la importancia y relevancia de esa información, lo compartió con otros 108 medios periodísticos, y juntos los publicaron simultáneamente el 3 de abril de 2016. El 9 de mayo del mismo año, la asociación de periodistas ICIJ los publicó completos y bajo licencia “Open Database License”.
Son cuatro millones ochocientos mil correos electrónicos, tres millones cuatentaysiete mil archivos en base de datos, dos millones ciento cincuentaycuatro mil archivos en pdf, un millón ciento diecisiete mil imágenes. Y el responsable de la filtración, quien se hizo llamar “John Doe” (un nombre común, cualquiera, anónimo), aclaró que lo hizo para que quienes participaron deberían pagar ante la justicia, y que no quería nada a cambio.
Estos documentos fueron conocidos como “Panama Papers”
Por qué son importantes los Panama Papers y qué tienen que ver con Juan Pablo Carrasco de Groote
La empresa panameña de la que se filtraron los papeles se llama “Mossack Fonseca”, que se dedicó, desde 1977 en 40 países y más de 500 empleados, a establecer las empresas “de papel”, y abrir cuentas offshore en paraísos fiscales, todo para lavar dinero proveniente de actos ilícitos.
No es de extrañarse que más de trescientas mil empresas fueran creadas por la cuarta compañía de abogados dedicada a la fundación de esas empresas offshore. Cerca de 100,000 aparecieron en las Islas Vírgenes Británicas, y otro tanto en las Bahamas y Seychelles, las Islas Caimán, o la Isla de Man.
Y Juan Pablo Carrasco de Groote aparece mencionado veintiséis veces en esos papeles, con sendas empresas falsas y varias cuentas offshores. Lavado de dinero.
Juan Pablo Carrasco de Groote y la AmCham
El gobierno norteamericano presentó una propuesta al presidente actual, Alejandro Giammatei, relacionada con el combate frontal, duro e implacable en contra de la corrupción, con un billón de dólares incluído, para invertir en Guatemala durante los próximos 3 años.
Ese dinero se encauzaría a Guatemala por medio de la AmCham. Pero el presidente de esa organización, es corrupto.
Bastaría con que su empresa “Central Law International” comparte dirección con “Mossack Fonseca”, o que “Central Law Guatemala” la comparte con “Minas del Pueblo”, propiedad del prófugo buscado por Interpol, Federico Machado. O su participación en la entrega de una alfombra forrada de dinero que se le entregó “como regalo” a Alejandro Giammatei para que otorgara la licencia a “Solway” para seguir contaminando Izabal.
Es imperativo que el Ministerio Público de Guatemala, la CICIG, la Fiscalía General investiguen al abogado Juan Pablo Carrasco de Groote.
Y genera dudas el hecho de que AmCham Guatemala lo hubiese re-electo su presidente.
Le invitamos a leer esto: El estado de sitio que impulsó Juan Pablo Carrasco de Groote