El pastor evangélico venezolano Javier Bertucci ha prometido movilizar su amplia red de seguidores en las próximas elecciones regionales para derrotar al candidato del Partido Socialista en el poder y convertirse en gobernador del estado industrial de Carabobo.
Pero los principales partidos de la oposición del país se negaron a respaldar su candidatura tras años de sospechas de que es un aliado en la sombra del presidente Nicolás Maduro, acusaciones que Bertucci califica de infundadas.
El resultado es que dos candidatos de la oposición se presentarán a la gobernación de Carabobo con plataformas antigubernamentales en la votación del 21 de noviembre, con la coalición de la Plataforma de la Unidad de la oposición presentando al ex alcalde Enzo Scarano junto a Bertucci.

“El gobierno quiere que haya división en todos los estados”, dijo Bertucci en una entrevista en agosto. “Vamos a construir la unidad”.
Hay pocas señales de unidad antes de la votación, que se produce después de tres años de boicots electorales de la oposición y un esfuerzo fallido respaldado por Estados Unidos para forzar a Maduro a abandonar el poder a través de sanciones y la creación de un gobierno paralelo dirigido por la oposición.
En los 23 estados más la capital, Caracas, se espera que al menos dos candidatos que se autodenominan líderes de la oposición se presenten contra el Partido Socialista, lo que fortalece la mano de los aliados de Maduro.
La oposición necesita al menos mantener las cuatro gobernaciones que tiene actualmente para renovar la fe en las urnas como medio para enfrentar a Maduro, dijo Luis Vicente León, de la firma encuestadora Datanálisis.
“El objetivo de las elecciones regionales es que la oposición recupere el interés por votar y se reconecte con su base”, dijo León en una entrevista.
En cambio, no ganar ninguna cámara estatal dejaría a la oposición “pulverizada” y permitiría a Maduro seguir consolidando el poder.
La votación regional, que también incluye las elecciones para 335 gobiernos municipales, representa una pequeña amenaza para el control de Maduro en el país. Él se ha aferrado al poder a pesar de un colapso impresionante de la economía del país, así como un amplio programa de sanciones de Estados Unidos destinado a obligarlo a abandonar el poder.
Pero para la oposición, representa una oportunidad de volver a la lucha después de años de esperar que las fuerzas armadas expulsen a Maduro del poder.