Las autoridades mexicanas comenzaron a dispersar a varios cientos de migrantes reunidos en la ciudad sureña de Tapachula llevándolos en autobús a otros estados, evitando la perspectiva de una nueva caravana hacia el norte.
Los migrantes, en su mayoría de Haití y partes de América Latina, habían estado en el limbo en Tapachula en el estado de Chiapas mientras soportaban largas esperas para que se resolvieran las solicitudes de asilo y visa.
El activista por los derechos de los migrantes Luis Carcia Villagran ha llamado a la ciudad una “prisión” porque los migrantes no podían salir sin papeleo. Dos grupos de migrantes habían partido en caravanas masivas hacia el norte en las últimas semanas, en parte para dar a conocer su difícil situación y exigir una respuesta del gobierno mexicano.
Los traslados desde Tapachula comenzaron el miércoles por la noche con 120 migrantes haitianos transportados a los estados de Aguascalientes, Campeche y Durango, dijo el jueves un funcionario del Instituto Nacional de Migración (INM) de México.
Está programado que más migrantes sean llevados a los estados de Puebla y Guanajuato, y podrán continuar con sus solicitudes de asilo y visas, agregó la persona, que habló bajo condición de anonimato.
Héctor Martínez, funcionario del INM en Tapachula, dijo a los migrantes que 20 autobuses saldrían de la ciudad hoy en total.